viernes, 25 de noviembre de 2011

Fabulación de neuronas

Miguelito "el urbanita"

¿Qué sonó?, me parece que es el despertador de papá, pero si hoy es sábado, se habrá confundido y lo pondría como los demás días. Ya me despertó, pero si me levanto ellos me riñen. No se que haremos hoy, pues se oye lluvia...

...fui a encender la tele porque me he podido levantar hasta la sala, y no se han enterado. No se que hacer si ponerme una peli o jugar con la “play”... se oye ruido fuera, no sé quien será si los papas,... o no jope, va a ser Quique, que le he despertado, mierda, le dejaré entrar en la sala, a ver si no nos oyen. Y podemos jugar. El es muy chiquitín y hace ruido. El otro día no le dejé ver dibujos y se puso a cantar, y luego como les molestamos, mamá nos riñó a los dos... Y mientras pensaba que hacer con Quique hoy, el empujo la puerta haciendo mucho ruido, al minuto ya los teníamos aquí.

No nos riñeron, bueno, nos dijeron que nos vistiésemos rápido y nos pusieron el desayuno, mientras ellos miraban el ordenador, como los demás días; y sin más tiempo nos fuimos a coger el coche, yo pensaba que era pronto para ir al centro comercial como hacemos otros sábados, pero será que tienen otra cosa que hacer, cuando salíamos del garaje mamá iba hablando por el móvil, y papá poniendo el GPS,
- ¿A dónde vamos?.
Papá seguía con el GPS, mamá con el teléfono, y yo miraba como Quique se durmió, ...
- Papá, ¿A dónde vamos?
- Vamos al pueblo, al bautizo de tu prima,...
- Miguel, no despiertes a tu hermano.
Ya está, por eso íbamos tan rápido.
Como estaba lejos, me fui viendo una peli en un DVD que me trajeron los reyes el año pasado, me puse unos cascos por Quique, ah, y también porque los papas iban hablando de sus cosas. Menos mal que tengo el DVD si no ¡que aburrimiento!.
Cuando ya estaba casi terminada la película, llegábamos al pueblo.

Como llegábamos tarde no fuimos a la casa de los abuelos, aparcaron en la plaza y la gente estaba entrando en la iglesia, y mientras cogían a Quique, yo miraba como unos niños jugaban al baloncesto, eran bastante buen...
- ¡¡vamos Miguel!!
Me agarró papá de la chaqueta y nos fuimos a misa. Fue larguísima, se oyeron el móvil de mamá y ipod de papá y cuando eso pasó, todo el mundo se giro a mirarnos y yo escuché como unos viejos que estaban a mi lado, hablaban algo de la gente que viene de la ciudad...

Cuando salimos, desde la puerta, yo veía a los niños de la plaza seguir jugando, pero no podía ir allí porque los papás nos enseñaban a todas las personas que salían de la iglesia. Y desde allí nos fuimos al restaurante y a mí me toco estar en una mesa de niños. Yo era el único que no conocía a nadie. En la mesa éramos cinco.
- hola Jorge, hola Berto, ¿y tú quien eres?
- Yo soy Miguel ¿y vosotros, que sois, de aquí?
- Sí, somos Teresa, Concha, mi hermano Jorge y Berto.
- ¿Que sois, amigos de mi prima?
- Ella es muy pequeña. Somos los vecinos de su puerta, a y ellos dos del portal que está enfrente...
Mientras me contaban sus aventuras, yo me pensaba que tienen suerte, yo en mi urbanización casi no conozco a nadie y al cole vamos en autobús, para poder hablar con los colegas, me tengo que pedir a los papas el ordenador o el teléfono.
Cuando terminamos de comer nos fuimos a la plaza y después al río a botar piedras...mola mazo.

Cuando estábamos cansados de jugar, volvimos al restaurante y los papas y Quique que jugaba con una pelotita, me estaban esperando para volver a casa, porque ellos habían quedado al la noche, a recoger al aeropuerto a unos amigos del trabajo.
Y cuando ya volvíamos, pensaba que la vida sin maquinas, no era tan mala como cuentan ellos. Después, fue papá a buscarlos y cogió unas pizzas para cenar, Quique ya se había dormido y después de cenar yo me fui a la cama, pensaba lo bien que me lo había pasado y tarde en dormirme mucho.

Jesús Fernández Marco "El Rabelista"

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