Epilepsia en mayores de 60 años pasa inadvertida
Alguien se queda unos minutos con los ojos
abiertos y mirada perdida. Otro se sorprende porque escucha palabras
distorsionadas. Una mujer recibe reproches porque no recuerda películas o
se angustia porque no retuvo viajes recientes.
LA NACIÓN/GDAmar jul 8 2014
Todas estas historias, rigurosamente ciertas,
les ocurrieron a personas cuyos nombres omitimos por pedido de los
protagonistas y que con alrededor de 60 años o más comenzaron a sufrir
epilepsia, el trastorno neurológico crónico más común en el mundo
(incluso más frecuente que el párkinson), pero que se cree que sólo se
ve en niños o adolescentes.
Las evidencias, sin embargo, indican precisamente lo
contrario. No sólo que este cuadro es más frecuente en edades avanzadas
que en las tempranas, sino que con la mayor expectativa de vida se está
diagnosticando más (y tal vez esté aumentando su prevalencia) entre
adultos mayores.
"La epilepsia comienza en cualquier edad, pero con más
frecuencia en el primer año y después de los sesenta", dice Alfredo
Thomson, director médico del Instituto de Neurociencias de la Fundación
Favaloro (Argentina).
"Sin embargo, es seis veces más frecuente después de
los sesenta años que en el primero. Es más: estudios realizados en
Estados Unidos sugieren que si se toma en cuenta el subdiagnóstico, esa
relación podría ser de 10 a 1".
La Organización Panamericana de la Salud estima que
la epilepsia afecta a 50 millones de personas, de las cuales cinco
millones viven en América. En la región se calcula que podría existir
una brecha de tratamiento superior al 50%, lo que significa que más de
la mitad de las personas no están recibiendo tratamiento.
"El problema que se presenta en los adultos mayores
es que se trata de una patología más difícil de diagnosticar, ya que no
siempre se presenta con crisis convulsivas", dice Damián Consalvo,
especialista a cargo del área de epilepsia del Instituto de
Neurociencias de Buenos Aires (Ineba).
"Es muy frecuente que sea irreconocible en el
adulto", coincide Natalio Fejerman, consultor honorario del Servicio de
Neurología del hospital Garrahan y exsecretario general de la Liga
Internacional contra la Epilepsia. "Esto les ocurre incluso a muchos
neurólogos que son buenos profesionales en otras áreas".
Amnesia transitoria, demencia, depresión, síntomas
epigástricos (en la parte superior del abdomen) son señales que pueden
delatar una epilepsia en el adulto mayor y que, al ser inespecíficas,
demoran la identificación.
"El diagnóstico de la epilepsia es esencialmente
clínico", subraya Thomson. "El electroencefalograma lo avala, pero no es
suficiente.
Si una persona tiene 60 años o más, y está confusa
durante varios días, con frecuencia se piensa en un caso de alzhéimer
cuando en realidad tal vez tenga epilepsia, con el agravante de que el
10% de los pacientes con alzhéimer además tienen crisis epilépticas.
En otros casos, agrega Consalvo, cuando se dan
crisis continuas y con formas sutiles de presentación pueden ser
interpretadas como un accidente cerebrovascular.
"El electroencefalograma en esta franja de edad es
menos específico que en las personas jóvenes", explica el especialista.
"En el adulto mayor, el cerebro pareciera no tener capacidad de
experimentar el tipo de descargas que padece el adulto joven".
Según detalla Thomson, la causa más frecuente de
epilepsia después de los sesenta son los trastornos vasculares, los
pequeños ACV antiguos, muchas veces asintomáticos, en la región frontal
del cerebro. Y el gran desafío para médicos y pacientes es el
diagnóstico: "La demora hace que la persona viva con convulsiones, o que
por una "ausencia" tenga riesgo de caerse o lastimarse", destaca. Es un
cuadro relativamente benigno, en el sentido de que no es mortal, pero
que sin tratamiento puede producir una alteración muy importante en
vida".
"Muchas evidencias indican que la epilepsia en la
tercera edad es un importante problema de salud pública", dice Silvia
Kochen, profesora adjunta de la Cátedra de Neurología de la Universidad
de Buenos Aires y autora de un estudio sobre prevalencia y
características clínicas de la epilepsia, publicado en
Neuroepidemiology. "A eso hay que sumarle el maltrato por el estigma que
enfrentan los que padecen este mal", agrega.
Por suerte, también hay buenas noticias. Una de
ellas es que la epilepsia en el adulto mayor normalmente puede
controlarse y tiene buen pronóstico.
"Las últimas recomendaciones sugieren usar en estos
casos las drogas más nuevas, que no tienen tantas interacciones, porque
alrededor del 85% de los pacientes de ese grupo de edad consumen de
seis a siete fármacos, y hay un 15% que toma 10 o 15", concluye
Thomson.
CÓMO ES POSIBLE DETECTARLA A TIEMPO
Epilepsia
La Organización Panamericana de la Salud estima que la epilepsia afecta a 50 millones de personas, de las cuales cinco millones viven en América.
En la región
En la región se calcula que podría existir una brecha de tratamiento superior al 50%, lo que significa que más de la mitad de las personas no están recibiendo tratamiento.
Qué es este mal
Cambios en el tejido cerebral provocan que el cerebro esté demasiado excitable, lo que suele dar convulsiones. Es el trastorno neurológico crónico más común (incluso más frecuente que el párkinson), pero que se cree que sólo lo tienen los niños o adolescentes.
En los mayores
No sólo es más frecuente en edades avanzadas que en las tempranas, sino que con la mayor expectativa de vida se está diagnosticando más (y tal vez esté aumentando su prevalencia) entre adultos mayores.
Difícil de ver
El problema que se presenta en los adultos mayores es que se trata de una patología más difícil de diagnosticar, ya que no siempre se presenta con crisis convulsivas.
Síntomas
Amnesia transitoria, demencia, depresión, síntomas epigástricos (en la parte superior del abdomen) son señales que pueden delatar la epilepsia en el adulto mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario